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Todo tiene su técnica y aun algo tan sencillo como enhebrar abalorios también la posee. Antes de comenzar a enhebrar debe tenerse el diseño de lo que se intenta hacer. El diseño puede ser tan simple que no requiera un modelo dibujado, pero de cualquier forma ES UN DISEÑO Y HA SIDO PENSADO COMO TAL. Por lo tanto no se largue a enhebrar cualquier cosa. Para empezar tenga en cuenta qué cierre vá a utilizar.



Los cierres de tamborcito a rosca, por ejemplo, van bien con muchas cosas, pero como se debe dar vuelta a la rosquita, no deben ponerse cerca de ella cuentas grandes pues dificultarán el accionar de los dedos, en ese caso deben ponerse por lo menos 3 cuentas chicas nº3 al inicio, de cada lado.Si el collar vá a ser algo pesado tal vez nos convenga comprar un hilo algo más grueso y ya no pasará doble para perder la punta del nudo en el inicio, por lo que debemos prever algún mostacillón en el inicio, o mejor dos. 

Si nuestro collar es de perlas, mejor nos vendrá algún "pescadito" paquetón o un cierre más importante con strass. Si es una cadenita le irá bien un mosquetón o si es una pulsera, piénsese en que hay algunos cierres que son difíciles de manejar con una mano y por lo tanto para eso nos conviene un cierre de "cajón". Una vez escogido el cierre para nuestro diseño colocamos en el tanza el gusanillo y haciendolo pasar por el agujerito del cierre atamos tres nudos tipo macramé con el hilo corto, que tendrá unos 8 ó 10 cm. Lo ajustamos bien y luego lo "perdemos" en dos o tres cuentas y lo cortamos.


Siendo tan barata la tanza no se justifica trabajarla justo haciendo economía pues la labor se dificulta mucho y se pierde tiempo. Al terminar el enhebrado proceda de la misma forma sin tensar mucho el hilo pues suele ocurrir que estando el collar colgado de su mano las cuentas se acomoden ajustadas y al querer darle forma alrededor del cuello queden muy juntas y se note el collar algo duro. Debe quedar flexible pero sin verse el hilo, solo los nudos. 

Los collares de elementos diferentes exigen cierto cuidado, pues han de seguirse ciertas reglas para concordar con el patrón matemático del arte.