Es común por alguna causa otoñal o invernal, que muchas señoras gusten de usar en estas estaciones cadenas y collares en la gama de los marrones y colores secos, pero no de madera. Para elaborar estos adornos no recurra a la madera.
De ningún tipo. La madera es de verano. Puede usar y combinar a su gusto los ojos de tigre, la cerámica metalizada en sus variaciones oro viejo, marrón oscuro, café, canela y caramelo, los cristales de murano color té con leche (esto está pareciendo un libro de cocina, pero no encuentro como transmitir los colores ,salvo apelando a cosas que todos conocemos), dorado y chocolate, mostaza, cuentas oro viejo, ladrillo, hoja seca, verde pasto seco, bellota, elementos que encontraremos curioseando por los negocios del ramo y que estén en la gama de colores otoñales. Los combinaremos con dorado únicamente, nunca con plateado.
Con plateado podremos combinar los verdes, pero nuestro plateado deberá ser muy bueno o directamente cuentas de plata. Anímese y averigüe cuánto cuestan en su país las cuentas de plata. En realidad no son caras y los resultados de combinarlas con azul, verde, nácar, hematites,etc son espectaculares y ya sabemos que obtendremos muy buen precio por cualquier cosa con cuentas de plata.
LAS COSAS DE TEMPORADA VERANIEGA
Es sabido que nadie vá a la playa con un gran collar de plaquetas doradas. En verano se usan cerámicas, caracoles, maderas y cosas de hueso. Se admite un aire afro, un estilo polinesio y cosas de colores violentos, cosas de coco, collares maoríes , marroquíes y en fin todo aquello que apunte a países remotos donde la gente vive de otra forma o cerca de alguna playa, en una presunta inocencia primitiva.
El por qué de todo esto no es motivo de estudio aquí, nos debe bastar con saberlo porque muestra fabricación de cosas de temporada veraniega ocupará algunos de estos elementos. Una de las cosas a tener en cuenta es que se asocia -por lo menos en nuestra cultura occidental- ese primitivismo con colores fuerte, y ese collar fucsia, marrón y turquesa que nadie le comprará ni soñando en invierno, se lo sacarán de las manos a principios del verano.
Es importante destacar que estas cosas de temporada se venden bien a principios del verano y en el pico de la temporada, pero no cuente con mucha venta después. No quiero decir que después no venderá nada, venderá sí, pero no calcule el mismo ingreso que al principio ni aún cuando se ponga con una sombrilla en la playa a vender collares a precio de liquidación.
Pero nosotros no haremos esto. Lo que vemos que nos vá a sobrar lo empaquetaremos cuidadosamente y hasta el año que viene, nada de tratar de vender a fin de temporada, uno o dos puede ser y diremos que nos quedó, pero no mostremos stock de verano a fin del verano.
Sería una medida poco comercial y nada prudente. Las cosas de verano pueden hacerse con caracoles que se comprar en las mismas casas de armadores de bisutería. Hay varias clases de caracoles que nos convienen, pero debemos observar antes de comprar qué forma tienen y si no han sido teñidos. Evitamos los caracoles de colores no naturales porque lucen muy feos y no realzan el valor de nuestra mercadería.